domingo, 2 de septiembre de 2018

Yu-Gi-Oh! Primera parte


Primera partida: el niño que deseó 



—Nombre del manga: Yu-Gi-Oh!
Año de publicación: 1996
—Mangaka: Kazuki Takahashi.
—Tomos: 38 y dos spin-off
—Género: Shonen
—Categorías: acción, aventura, fantasía.
—Estrellitas: ★★★★
Calificación: Obra maestra.










Algunos se sorprenderán de saber que la historia de Yu-Gi-Oh! Es más seria y “oscura” de lo que a simple vista su versión animada nos permitió ver. Que el mejor amigo de Yugi, ese que se lanzó a un océano peligroso para recuperar las preciadas cartas de Exodia, the Forbidden One, en su momento estuvo muy cerca de destruir el sueño por el que este niño estuvo luchando por años; otros verán con asombro como nunca hubo diferencia de alturas entre “ambos Yugi(s)” ni transformación super poderosa de magical girl, ¡es más! En esta historia muere gente (o queda en coma) y que el “Duelo de monstruos” nunca se llamó como tal.

Yu-Gi-Oh! también conocido como “El rey de los juegos” en su versión en español, es el manga que le dio el éxito a Kazuki Takahashi; con un total de treinta y ocho volúmenes (más dos spin-off) inició su publicación en 1996 en la Shōnen Jump y finalizó en 2004. Tuvo dos adaptaciones al anime (Una al cargo de Toei Animation y la segunda por Nihon Ad Systems, censurada por 4Kids de a ratos), juego de cartas, videojuegos y cuatro películas, para funcionalidad de este análisis fuera del manga original solamente consideraremos los dos spin-off: Yu-Gi-Oh! R y Yu-Gi-Oh! Transcend Game.

En esta primera entrada nos sumergiremos en el misterioso “mundo de las sombras”, seguiremos las palabras del antiguo “libro de los muertos” para poder mirar con nuevos ojos esta historia de juegos, espíritus vengativos, sacrificios, magia egipcia y amistad. Veremos una introducción a los pilares que rigen esta historia, y analizaremos los sucesos más relevantes entre los volúmenes 1 al 15.

¡Advertencia! Este análisis contiene spoilers, dicho esto tomen algo de comida y ¡Comencemos!

Yu-Gi-Oh! Es una historia que se fundamenta en los siguientes pilares:


 Amistad, entendida como:

“Los lazos de apoyo y compañerismo formados con tus más cercanos (camaradas, hermanos del alma). Trabajo de equipo, la ayuda que das y recibes sean estas como acciones puntuales o de un modo más espiritual (apoyo moral, ánimo).


Este pilar es tan fuerte en toda la historia que incluso el juego posee una carta en honor a la amistad entre Yugi/Yami Yugi y Jounochi; pero no nos limitaremos simplemente a una carta, vayamos al detonador de toda esta historia:

Un deseo.



 A lo largo del manga esa inscripción se utilizó para definir la amistad desde la mirada de unos niños que no conocían el verdadero secreto tras este objeto. Me pregunto entonces si ese algo que “puede ser visto, pero no ha sido visto” se refería originalmente a otra cosa, o a alguien más.

Yugi Muto se nos presenta como un niño tímido el típico blanco para el matoneo, por su corta estatura y no muy buena motricidad fina no participa de los deportes y prefiere quedarse en el salón de clases solo con sus juegos. En el primer capítulo cuando uno de sus compañeros lo invita a jugar y el pequeño se niega, él mismo alude que, de todos modos, los haría perder; Yugi es un solitario que no desea serlo, aquello que logramos aprender sobre su pasado es que es presumiblemente hijo único, vive con su madre y su abuelo un explorador de tesoros en Egipto ahora dedicado a la vida tranquila de la adquisición y venta de juegos de mesa.

De su padre no sabemos, ni sabremos nunca algo.

Yugi no es nuestro protagonista tontarrón y deportista, el pequeño goza de sentarse a pensar, ponerse retos mentales, prefiere pasar desapercibido con su espalda encorvada tan pronto alguien nota su presencia; Yugi es, metafóricamente, una sombra, tiene un gran corazón mas es incapaz de dar el primer paso y forjar aquello que tanto anhela. 

Para aquellos más versados en el fandom de Yu-Gi-Oh! o que al menos hayan leído uno o dos fanfics de la comunidad los términos “yami” (sombra/oscuridad) o “hikari” (luz) les serán familiares; una explicación breve de los mismos para quienes no están familiarizados con estas nociones es que, dentro de esta historia hay algunos personajes que poseen una segunda personalidad que pasa a convertirse en una entidad maligna gracias a los poderes de los llamados “artículos del milenio” o dentro de un determinado artículo se encuentra encerrado un espíritu que puede, según qué momentos, poseer el cuerpo del portador y actuar con libertad.

Por cuestiones de fandom (y con fandom me refiero a este lado occidental pues se me escapa si el fandom japonés llegó a usarlos con tanta intensidad), los portadores se les llamó “hikaris” y a sus segundas personalidades “yami”. Para el caso de Yugi planteo una noción opuesta, con o sin magia antigua Yugi Muto es una sombra atrapada en su cascarón de timidez e inseguridades.

Así entonces, la única persona en la escuela con quien mantiene una relación más cercana, casi de amistad es su compañera de clase Anzu Mazaki (conocida como Téa Gardner en el doblaje), la bella, fuerte, segura de sí misma y amable Anzu. De ella solo sabremos que su sueño es ser bailarina y trabaja en secreto, desobedeciendo las normas de la institución, con tal de pagarse su viaje a Estados Unidos tan pronto graduarse donde planea entrar a una academia.

En este punto de la historia Anzu es un inalcanzable. Hablan, ríen, Yugi incluso le confiesa su pequeño secreto que lo ha mantenido ocupado por años, pero no son amigos y esto es lo que el pequeño está buscando, aquello que su personalidad le impide formar.

Dicho esto, ¿cuál es el secreto que Yugi le confiesa a su compañera? ¡Ni más ni menos que un antiguo cofre egipcio! En su interior está el verdadero tesoro: un rompecabezas de oro, cuando la historia inicia Yugi ha invertido ocho años en armarlo, es el reto de su vida, su esperanza y una promesa pues el pequeño cree firmemente que quien logre completar el rompecabezas (mejor conocido como “rompecabezas del milenio”) será recompensado con un deseo.

Yugi desea amigos y no de cualquier tipo, mejores amigos capaces de darlo todo por el otro. No es raro que un niño retraído entre sus catorce/quince años crea que la solución a todos sus problemas sea un objeto “mágico”, y es durante este pequeño momento de honestidad que Jounochi (Joey Wheeler) y Honda (Tristán Taylor) muestran sus caras por primera vez en esta historia. Honda vive con sus padres y tiene un perro, es el representante de la clase y durante la primera parte del manga tiene un enorme crush con Osaka Miho, de Jounochi ya tendremos tiempo de hablar en la segunda entrada cuando su personaje se haya pulido, por ahora sabemos que es un irresponsable que se junta con pandillas.

¿Y qué hacen? Molestar al niño débil del grupo que no es capaz de actuar como “un hombre”. El concepto de masculinidad se nos plantea desde una visión tóxica, un hombre es aquel que se defiende con los golpes, Yugi no califica en este estándar y cuando llega a alzar su voz para hacerse notar le dicen que no grite como una niñita, Anzu es quien debe entrar a defenderlo sin darse cuenta de un hecho importante: Jounochi ha robado una de las piezas del rompecabezas, que luego lanzará a una piscina en su misión de “enseñarle a Yugi a ser un hombre”.

El suceso no pasa por alto para la aguda mirada del primer matón, uno de tantos mini villanos con los cuales nos toparemos en la historia.

Para el final de este capítulo Yugi logrará lo impensable, ¡Armar el rompecabezas del milenio! Está tan cerca que casi puede saborearlo y mientras esto ocurre se nos revela una importante pieza de información gracias al abuelo del pequeño, Sugoroku Muto (Solomon Muto):

Momento, ¿Juegos de las sombras? ¿Libro de los muertos? No solo eso, según nos informa el anciano la expedición que descubrió el rompecabezas murió bajo extrañas condiciones. ¿La reacción de Yugi? ¡Querer armar el dichoso objeto con más ganas! Podría contener al mismísimo Satanás, y siempre y cuando obtenga su deseo nada más importa.

Qué grande es la soledad de este niño capaz de arriesgarse a todo por tener amigos. Amigos que ya ha ido construyendo poco a poco sin necesidad de artilugios; Yugi se enfrentó a un matón el triple de su tamaño para defender a Jounochi y Honda, los llamó sus amigos cuando éstos claramente no tenían esa intención y semejante acto de valentía caló en el corazón de Jounochi tan hondo que lo hizo ir a buscar la pieza perdida del rompecabezas y devolverla permitiendo completar el trabajo de años.

La amistad entre Jounochi y Yugi se ha formado, e irá forjándose más y más.

Entonces ¡Ocurre! Con el rompecabezas armado se desata la antigua magia, se libera la entidad que será apodada como Yami Yugi (que el mismo doblaje latino llamará Yami en un cambio de contexto milenario) y que para ser lo más precisos posibles lo llamaremos igual a como se refieren a él en el manga hasta que el momento de revelar su identidad llegue: “el otro Yugi”.

Si antes mencioné que Yugi es una sombra ante su carencia de iniciativa propia, “el otro Yugi” es totalmente lo opuesto, no solo en el dibujo de sus ojos, más cuadrados dando una imagen fiera contrario a los redondos de Yugi, sino en su modo de enfrentarse al mundo; lo reta, está seguro de su victoria y no teme tomar los riesgos que hagan falta, pero es severo posee una visión del “bien y el mal” estricta que poco a poco irá evolucionando. Es brillante, mas no es luz, con comentarios mordaces, sonrisa retadora y postura segura es inicialmente un justiciero o un anti-héroe si miramos al detalle sus métodos, dispuesto a hacer pagar a quienes le hagan daño a los amigos de Yugi.

¡Pobre de ti si osas desafiar las reglas del juego de las sombras! No titubeará en imponer el castigo que el juego haya decidido para ti, castigos que van desde las alucinaciones más oscuras hasta el catatonismo, todo gracias a la magia que reside en el rompecabezas.

Pero, ¿quién es esta misteriosa entidad? “El otro Yugi” irá salvando el día enfrentándose a diferentes villanos, entre ellos el mismísimo Seto Kaiba con quien se establecerá la tan famosa rivalidad (y obsesión) por la que se conoce a este personaje. Estas mismas aventuras irán forjando la relación de amistad entre nuestro grupo de protagonistas.

Es importante aclarar que no es hasta un momento clave que miraremos más adelante, que Yugi se entera de la existencia del “otro Yugi”, por ahora, cada que este justiciero hace aparición Yugi no recuerda lo ocurrido durante ese lapsus de tiempo.

Como si alguien más tomara posesión de su cuerpo.


Honor, entendido como:

“Seguir las normas del juego, no tratar de aventajar a tu contrincante con trampas y/o jugarretas sucias; llevar un juego/pelea con honestidad (un corazón honesto) incluso si estás poniendo en riesgo tu vida, pues el castigo como ente karmático siempre estará presente”.


Hemos mencionado que el papel de “el otro Yugi” es el de justiciero. Sus intervenciones son precisas y tajantes, capaz de enfrentarse a cualquier peligro sin pensarselo dos veces con tal de proteger a los amigos de Yugi, y aquí vale la pena hacer un inciso:

Al inicio el grupo de amigos no considera o no logra entender plenamente lo que la existencia de este justiciero significa; tienen claro que no es su amigo Yugi, el dulce y tímido niño, en algún momento ligan la aparición de éste al rompecabezas del milenio, sin embargo, no lo ligan a una entidad separada si mucho es una segunda personalidad que tiene un objeto antiguo como detonador. Esta misma situación aplica para “el otro Yugi”, cuando aparece personifica a Yugi, habla de los otros como “sus amigos”, “sus compañeros”, “su abuelo”, pero no lo son. Ninguno de estos sujetos lo considera un ser independiente, él mismo no se considera algo diferente de una extensión de Yugi Muto pese a que más adelante veremos que tiene plena conciencia de la existencia de Yugi como un alguien separado; así pues por más que sus actitudes, su personalidad sea totalmente opuesta, brillante, carece de lo más importante para un ser: identidad.

Es curioso como una personalidad tan diferente como la que planteamos, un muchachito que podría enfrentarse al mismísimo presidente de Japón o de cualquier lado, retarlo a un juego con una sonrisa burlona carezca de algo tan importante como la identidad, y en esta misma línea de pensamientos no posee un nombre, simplemente es “el otro”, esta consideración y su clara presentación más “oscura” en el dibujo (que irá cambiando, conforme Takahashi consolide su estilo), así como sus métodos de castigo permitiría justificar la división realizada por el fandom entre “yami” y “hikari”, sino fuera porque la división es demasiado básica para entender la complejidad de los personajes.

Yugi es una sombra que va tomando forma, es tímido, dulce, valeroso cuando debe de serlo pero teme tomar decisiones por sí mismo, necesita de un factor externo que ponga su mundo de cabeza para tomar la iniciativa. Irá evolucionando lentamente hasta dar pasos agigantados para formar su propio carácter. “El otro Yugi” por otro lado, es un personaje que nos presenta más preguntas que respuestas desde el inicio; posee una personalidad clara: fiera, amable en cuanto está dispuesto a dar unas palabras de apoyo a quien lo necesita, protector por quienes considera lo merecen y de mente calculadora.

Hay pequeños momentos donde se vislumbra timidez cuando debe involucrarse con los amigos de Yugi más allá de protegerlos, la cotidianidad lo abruma mucho más que arriesgar su propia vida (o la de Yugi, que no salta como un factor determinante en la toma de decisiones como resultado de esta identidad casi inexistente y/o diluida).

Pero es oscuro, no siente misericordia para los ‘infractores’ y como veremos más adelante estará dispuesto a hacer y sacrificar a quien haga falta con tal de cumplir su objetivo. El “otro Yugi” es, en una buena metáfora, un claroscuro.

Es este personaje quien nos hace ver el honor y el castigo para quienes no siguen las normas. Tomemos como ejemplo su primer enfrentamiento en la historia:



El juego es simple: pondrán un fajo de dinero sobre el dorso de una de sus manos, con un cuchillo y toda la fuerza de su mano libre deberán apuñalar el fajo. Deben tomar la mayor cantidad posible sin lastimarse a sí mismos, el juego es reñido hasta que nuestro matón de turno decide abandonar su honor, dejarse llevar por su avaricia y tratar de apuñalar al “otro Yugi” con tal de obtener el dinero de ambos.

Inmediatamente ocurre su derrota y el castigo kármico es aplicado por medio de los juegos de la sombra. Una situación que se repite constantemente, pero que tendrá su mejor momento durante el llamado “Reino de los duelos” y “Ciudad batallas”, pero que es evidente en toda la gama de juegos que se aprecian en los primeros tomos, donde se nos presentará la siguiente premisa:

Un duelista (jugador) sin honor, no es un duelista.

Y es bajo esta idea que el concepto supera el simple “cumplimiento” de las normas, es aquí y en el resto del manga donde los duelos u otros juegos se convierten en el medio para afianzar amistades, enseñar lecciones morales (como ocurre en la primera parte de la historia) resolver disputas internas o incluso llegar a entenderse así mismo, en este manga no es mediante puños que los hombres resuelven sus problemas, es mediante duelos, estrategias. Aquí, además, me permito puntualizar dos cosas:

1. Hablo claramente de hombres porque la existencia de dos duelistas femeninas, una en particular que ni siquiera lo es a tiempo completo y solo lo hace porque la situación así lo requirió, no es inclusión de la mujer. Cuando se nos presentan planos de diferentes duelistas o convenciones de juegos la imagen es clara: un mundo masculino, un juego de hombres. Esto se afianza cuando la apabullante mayoría de ‘villanos’ a los cuales se enfrenta el “otro Yugi” durante sus juegos son hombres, a excepción de una mujer; ahora no entiendan este punto como algo para atacar el manga o al autor, (es un shonen de los noventa, vamos), véanlo como un punto interesante a analizar como entorno donde unos personajes se desarrollan.

Tomemos como ejemplo a Anzu, la única mujer del grupo. A ella claramente no le interesan los juegos, si bien se le ve participando activamente de alguno junto con sus amigos, e incluso pateandole el trasero a Jounochi sus intereses están en otro lado, porque estos juegos son inmaduros, para niños (una percepción que cambia totalmente cuando entramos con firmeza a los peligros de este mundo).

2. Es un juego de niños, si bien hay algunos personajes puntuales que superan los dieciocho e incluso se notan que están por sobre los treinta, los duelistas (jugadores) son niños de escuela. Sin la guía de un adulto, llegan al entendimiento mutuo, la empatía e incluso a resolver sus propias dudas existenciales por medio de un juego que, para nuestros protagonistas, se torna cada vez más peligroso.

Por consiguiente, el centro de este manga se fundamenta en la amistad y su moral en el honor.


Shadi, un guiño al antiguo Egipto.

Superada la primera faceta rica en su variedad de juegos, es tiempo de toparnos con el primer gran obstáculo y el segundo misterio que se nos pone delante: Shadi.

Ya sabemos que el abuelo de Yugi, Sugoroku, fue un explorador y/o cazador de tesoros del antiguo Egipto, que gracias a él su nieto posee el rompecabezas del milenio y es esto lo que nos justifica una visita al Museo de Dominó (ciudad ficticia donde viven/estudian nuestros protagonistas), allí organizada por el profesor Yoshimori y patrocinado por un tal Kanekura se organiza una exposición del antiguo Egipto, con momias incluidas. El codicioso Kanekura tan pronto ve el rompecabezas colgando del cuello de Yugi sabe que es: un tesoro.

Gracias a este hombre entendemos que el rompecabezas es una antigua reliquia codiciada y perdida en el tiempo de un valor arqueológico incalculable, por ende, monetariamente es una mina de oro literalmente. 

¿Qué hace nuestro amigo Kanekura? Pedirle a Yugi que le permita exponer el rompecabezas con la intención oculta de venderlo mientras el niño no esté mirando, Yugi acepta a causa de la presión de su propia amabilidad o, simplemente, su incapacidad por tomar una decisión enteramente firme sin un peligro latente de por medio, así no esté para nada a gusto con dejar en manos de otro su rompecabezas; notemos cómo sin perder la calidad de “tesoro” el rompecabezas gravita entre dos visiones diferentes: la de ser una reliquia histórica/monetariamente invaluable y el sentimiento que carga por los años de esfuerzo invertidos, porque para Yugi es gracias a este objeto que tiene amigos.

Mientra espera a que la exposición cierre para recuperar su preciado objeto milenario, Yugi y sus amigos se entretienen viendo los objetos. Jounochi se rehúsa a acercarse a la momia porque bajo esa capa de chico duro pandillero es un supersticioso terrible, lo que le da material a los otros para hacer algunas bromas.

Con la momia de un faraón Shadi es introducido, y está llorando. Tomémonos el tiempo de mirar con lupa a este personaje, pues su mera existencia es detonador de importantes acontecimientos en este manga.

Shadi llega a Dominó en avión, es miembro de un largo linaje de cuidadores de tumbas y más importante aun posee los dos primeros artículos del milenio que se nos mencionan como tales: “la llave del milenio”, la cual le permite a su portador adentrarse en el “cuarto mental” (alma) de otros, observar, interactuar e incluso cambiarlo con tal de hacer que ese otro actúe según los deseos del portador; y “la balanza del milenio” con esta su portador puede enjuiciar a otros por medio de “El juicio de las almas”, conozcamos un poco de este mítico juicio:

También conocido como el Juicio de Osiris, tras la muerte, el dios Anubis extrae el ib (corazón) del difunto y lo pone a un lado de la balanza. Al otro lado como contrapeso se encuentra la pluma de Maat, diosa de la verdad y la justicia, con esta disposición un jurado de dioses realiza diferentes preguntas al difunto con tal de definir su destino; Tot, el escriba, anota los resultados para entregarlos a Osiris.

Si el ib (corazón) del difunto llega a pesar más que la pluma de Maat será arrojado al Ammyt diosa devoradora de los muertos, el fallecido entonces ha fallado el juicio y no es considerado “Justo de voz”, por lo que pierde su condición de inmortal y ha de vagar eternamente en el mundo terrenal. De aprobar el juicio con un peso igual o menor al de la pluma de Maat, el ib (corazón) se reunirá con el ka (fuerza vital) y el Ba (fuerza anímica), los tres crean el Aj (espíritu) que pertenece al plano de los dioses y existe en dualidad con el cuerpo terrenal. El difunto, entonces, puede entrar al Duat (inframundo) donde se le permitirá vivir eternamente en los campos de Aaru con los otros dioses y el más importante de todos Ra-Hor-Ajti (Ra, para acortar) en el descanso eterno.

Otros datos importantes a considerar:

  • La destrucción del cuerpo implica la destrucción del Ba, pues este se encuentra en constante viaje entre el reino celestial y el cuerpo tras la muerte.
  • El corazón se llamó de dos formas: ib (corazón: órgano que origina los sentimientos, sede del pensamiento, conocimiento, valor, memoria, imaginación, fuerza vital y conciencia). Y haty (corazón: aspecto físico).
  • Las otras partes que conforman al ser humano según esta mitología son: el Ren (nombre), el cual se otorga al nacer y va evolucionando según se agregan títulos honoríficos. La preservación del Ren es de suma importancia, pues al borrarse el fallecido no será capaz de acceder al juicio de Osiris, mucho menos de entrar al Duat o los campos de Aaru, pasa a ser olvidado y borrado de la historia; y el sheut (sombra).
  • El ka del faraón proviene directamente de los dioses.


Ya tendremos tiempo de volver a estas connotaciones pues definirán los sucesos del manga indudablemente, por ahora no se olviden del Ren y del ka, serán dos elementos de importancia en el futuro. Retomemos.

Shadi, entonces, puede alterar la mente y ejercer el juicio de Osiris. No solo eso, su posición como guarda tumbas lo hace experto de la antigua cultura, cuidador de los artículos del milenio capaz de decidir quién ha sido escogido por la voluntad de uno de estos; Shadi también es un enorme fuck logic, mas al ser un personaje introducido en las tempranas épocas del manga es seguro que Takahashi cambió su idea original cuando la historia se fue desarrollando cada vez más. ¿Por qué fuck logic? Porque es un espíritu, una entidad ligada a la “Lápida Milenaria” objeto donde reposan los artículos si estos no poseen un portador, ¿por qué un espíritu necesita viajar de Egipto a Japón en avión? ¿Habrá tomado primera o segunda clase? ¿Tendrá jetlag? Preguntas para hacernos antes de dormir. Sus conocimientos sobre los artículos del milenio y sus orígenes hacen que sus acciones iniciales no tengan ningún sentido, además.

Punto aparte con estas cuestiones, Shadi llora el destino del cuerpo del faraón expuesto en una urna de vidrio lo que hace que su espíritu sea incapaz de descansar, esto refleja cierto grado de bondad mas, al igual que el “otro Yugi” esta bondad no impide que sea cruel e intransigente al momento de impartir los castigos del juego de las sombras; tras toparse en un primer momento con Yugi sin su rompecabezas frente al difunto faraón solo con ver a los ojos al pequeño Shadi dictamina que su alma es pura, para luego encaminarse a cumplir con su objetivo: castigar al patrocinador por sus crímenes.

Kanekura pierde el juicio y su corazón es devorado, en los periódicos luego se mencionará que ha muerto misteriosamente por un paro cardíaco, esto impide que el rompecabezas sea vendido a espaldas de un incauto Yugi.

La muerte de Kanekura nos permite ver un interesante patrón: por ahora, y solo por ahora, los juegos de la sombra se componen de extremas alucinaciones provocadas por magia. Así pues esos “mini bosses” simplemente han sufrido un shock, una conmoción o en este caso más severo un paro cardíaco debido a la imagen de ser devorado por un cocodrilo demoníaco gigante; esta concepción básica de los juegos de la sombra irá evolucionando a pasos agigantados a un mundo más oscuro donde la muerte está oculta entre las sombras.

Yugi y Shadi se encuentran nuevamente, Shadi no puede creer que alguien haya podido armar el “rompecabezas del milenio” y cuando Yugi le suelta que es suyo, su interés se dirige directamente al pequeño. Utilizando la “llave del milenio” se adentra en la mente del niño mostrándonos algo sumamente interesante capaz de dejarlo impresionado.

Dentro del cuerpo de Yugi existen dos habitaciones. Dos almas.

Una de estas, abierta, luminosa, llena de juguetes es la de Yugi. En palabras de Shadi refleja inocencia, bondad, una personalidad cálida; la otra justo al frente está cerrada por una puerta de piedra firme y pesada, lleva tallado el símbolo del milenio, el ojo de Horus, es de ese lugar de donde Shadi siente una poderosa energía y encamina sus pasos, cuando la abre se topa con otro impensable: una habitación oscura, indescifrable, es lúgubre y fría, posee escalas que conducen a la nada, puertas trampa o puertas a profunda oscuridad, Shadi incluso admite que parece la tumba de un faraón.

Shadi plantea su primera duda en voz alta y desea saber el poder detrás del “rompecabezas del milenio”, el “otro Yugi” lo espera en las sombras dispuesto a retarlo a un juego por haber entrado sin permiso en su recámara y como un modo para Shadi de averiguar lo que desea si gana.

Shadi debe encontrar la salida y pierde, mas antes de que él mismo se pierda en las inmensidades de esa oscuridad el “otro Yugi” aparece para salvarlo, aquí no hay honor en juego ni mucho menos normas quebrantadas, así pues con la derrota clara el “otro Yugi” con calma, sin egocentrismos, pero sí con una advertencia le permite al intruso macharse.

En esa victoria hay un punto donde debemos detenernos a pensar: el “otro Yugi” no sabe cuál es el poder del artículo que en varias ocasiones con aterradora fiereza clama como suyo, es más él mismo confiesa que ha recorrido cuanto ha podido de ese lugar sin encontrar la más mínima respuesta, solo oscuridad. ¿Con qué clase de objeto se metió Yugi?

Shadi se retira con sus dudas, no es lo último que veremos de él pues más adelante regresará para enfrentar al “otro Yugi” una vez más con mayor ferocidad, y cuando la trama avance nos preguntaremos en qué demonios estaba pensando con toda esta locura, pero de nuevo su personaje es un reflejo de todos los cambios que tuvo el manga desde su idea original hasta el desenlace definitivo, así entonces su partida nos deja con más preguntas y cero respuestas: ¿Qué son los artículos del milenio? ¿Quién los creó y con qué fines? ¿Qué o quién es el “otro Yugi”? Aquel ente sin identidad o nombre, que pasa la mayor parte de su tiempo inmortal en soledad encerrado en una tumba sin fin, oscura, fría, llena de secretos.

Si me lo preguntan, el “otro Yugi” es de los personajes más tristes con los que me he topado. Si Yugi nos deja pensando en cuán solitario debes de sentirte para arriesgarte a pedirle un deseo a un objeto místico que podría matarte según leyendas, ¿cómo será la existencia del “otro Yugi”? Tomemos en cuenta que el rompecabezas es un artículo que la historia nos dice tiene más de tres mil años de edad. Tres mil años solo, encerrado, en vuelto en una infinita oscuridad que no entiendes, lleno de dudas simplemente esperando, ¿esperando por qué o por quién?

¿A qué clase de persona se le puede dar semejante destino en la otra vida? Tendremos tiempo de averiguarlo en futuras entradas.


Ryo Bakura, Zorc y la sortija del milenio.

Tras el guiño al antiguo Egipto regresamos a la cotidianidad de Dominó, allí en la escuela tenemos a un nuevo estudiante, Ryo Bakura, tímido, dulce, sonriente, este niño es sencillamente adorable y no tarda en hacerse de un pequeño club de fans entre las chicas; Jounochi que ha pasado de un matón irresponsable a un rubio tontarrón (que todavía puede partirte la cara si te metes con sus amigos) es el primero en saltar a incluirlo en su grupo de amigos. 

Tal vez porque, de algún modo, puede entender bien lo que es sentirse un extraño, alejado del mundo.

Ryo ni corto ni perezoso se une a quienes le dan la bienvenida, entablan una buena relación y tan pronto ver el rompecabezas un secreto suyo sale a relucir, él también posee un artículo del milenio: “la sortija del milenio”, su habilidad es la de detectar y/o encontrar otros artículos actuando como brújula. Se la envió su padre (un arqueólogo) desde Egipto, no es el último paralelismo que veremos entre Ryo y Yugi pues la “sortija del milenio” es mucho más de lo que aparenta.

Del albino sabremos las siguientes cosas: vive solo, su padre está siempre ausente. Su madre y hermana menor Amane fallecieron en un accidente automovilístico, Ryo le escribe cartas a su hermanita en el cielo. No sé ustedes, pero yo quiero abrazar a este niño y prometerle que todo estará bien.

Más allá de la empatía que genera este descubrimiento vemos una constante, los artículos del milenio son atraídos a personas solitarias/trágicas. Yugi vive en una familia fragmentada, su padre es un misterio, su madre brilla por su ausencia si no es para gritarle que va tarde a clase o que deje de jugar y baje a desayunar, su abuelo tampoco es míster responsable y su único deseo es tener amigos leales; Ryo ha perdido la mitad de su familia y su padre luego veremos ha enloquecido gracias al poder tras la sortija, los otros dos portadores que conoceremos tampoco tendrán una vida color de rosa.

Objetos poseedores de magia antigua, con el poder de invocar juegos oscuros y de llevarte a tu perdición por medio de pesadillas/alucinaciones que actúan como castigos karmáticos. Y el anime ganó su fama por centrarse en un grupo de niños enfrentándose con monstruos gigantes, I’m offended (aunque el anime también tocó sus tramas más profundas y oscuras, lo reconozco).

Retomando nuestro hilo, Ryo también es un amante de los juegos de mesa y un chico que prefiere pensar a sudar, la “sortija del milenio” no es su único secreto pues se ha transferido de escuela porque, donde estudió, todo su grupo de amigos cayó en coma misteriosamente tras haber jugado con él una partida de “Mundo de monstruos” un juego de mecánicas similares al “Calabozos y dragones”. Semejante suceso repercute inmediatamente en su imagen, hace que sus compañeros lo excluyan (y que incluso un profesor decida hacerse el machito imbécil con él), lo lleva al aislamiento.

¿Cómo ocurrió? Si estás pensando en la misteriosa sortija, ¡bingo! Vas bien encaminado. La “sortija del milenio” posee en su interior un espíritu, una entidad maligna que conoceremos siempre como el ladrón Bakura o Yami Bakura (más adelante, se autodenominará rey), este ente es la otra cara de la moneda del “otro Yugi”: despiadado, calculador, sardónico, el bastardo no dudará en usar lo que tenga a la mano para obtener sus objetivos y si le arrebató los amigos a Ryo fue simplemente porque podía hacerlo, por el simple placer de causar daño.

“¡Tu alma está atrapada en este pequeño muñeco! ¡Pasarás el resto de tus días aquí atrapado!”
El objetivo del ladrón es claro de buenas a primeras: desea los artículos del milenio a toda costa, pero esta entidad es mucho más de lo que aparenta. En nuestra tercera entrada brillará como el sol negro que es, un rey maligno, por ahora sus intenciones malignas lo llevan a poseer el cuerpo de Ryo, encerrar las almas de nuestros protagonistas en el “Mundo de monstruos” y generar ¡por fin! Un “cara a cara” entre ambos Yugi(s).

Hemos llegado al momento cumbre donde si bien nuestros protagonistas no se imaginan el problema real en el que se han metido, han comprendido que el “otro Yugi” es una entidad separada de Yugi, la amistad uno de esos pilares tan importantes se ha sustentado oficialmente entre la misteriosa entidad que reside dentro del rompecabezas y los niños. Aquí se inicia verdaderamente la relación entre ambos Yugi(s), el lazo más fuerte que veremos en este manga, en la segunda entrada le dedicaremos una parte exclusiva a esta relación pues es factor primordial en el desarrollo de personaje de estas estrellas de mar.

Tras una intensa partida con las almas de los niños en riesgo, el “otro Yugi” logra vencer a Yami Bakura y su criatura, Zorc (¿se acuerdan del Ren y del ka? Agreguen a Zorc a esa lista), liberando a Ryo del control maligno de la entidad.


Seto Kaiba, la oscuridad en el corazón

Oh, Kaiba-boy~

Su aparición como “mini boss”/”mini villano”, rival del protagonista, su papel como detonador en varios de los acontecimientos más importantes del manga e incluso ser el motivo por el cual las historias del spin-off Transcend Game y la única película canónica The Dark Side of Dimensions lo hacen merecedor no solo a una, sino de dos espacios en este análisis. Aquí veremos sus inicios y en la segunda parte miraremos su evolución.

Seto Kaiba es el hijo adoptivo de Gozaburo Kaiba, un hijo de puta con todas las letras que le enseñó al niño que el poder es lo más importante en la vida; también adoptó al hermano menor de Seto, Mokuba, el único ser viviente que le importa a Kaiba y por quien arriesgará su vida y su imperio con tal de salvarlo.

“Ese hombre llamado ‘Kaiba’ hizo algo inesperado, día tras día, mantuvo al señor Seto en varios y estrictos regímenes educacionales. Él estudió idiomas, sociología, administración y técnicas de juego. Cada día era una constante tortura."

Lo que el hombre no descubrió fue, que él estaba tornando su sucesor en su más grande enemigo”

Notemos que el pobre niño tiene un collar de perro, no sorprende en lo que Kaiba se convirtió gracias a este hombre.

Kaiba es a sus dieciocho años un genio, dueño, presidente y líder del área tecnológica/científica de la compañía Kaiba Corp, al tiempo de su introducción posee una alianza con la empresa estadounidense “Ilusiones Industriales”, es además el mejor duelista de Japón antes de perder su título ante el “otro Yugi”. Kaiba Corp. en un futuro no muy lejano será líder tecnológica a nivel mundial y por comentarios realizados en The Dark Side of Dimensions más menciones en las otras series no canónicas de Yu-Gi-Oh! Kaiba Corp. monopolizará la industria tecnológica; bajo toda esta amalgama de perfección y dinero también hay un sueño lindo: desea crear el mejor y más grande parque de diversiones porque es el deseo de Mokuba.

Seto Kaiba no teme a la muerte, es valiente, firme, su ego puede ocupar todo el aire respirable en la tierra. Se considera así mismo el mejor, el número uno y hará hasta lo impensable para conseguirlo, sus escrúpulos brillan por su ausencia y aunque a primera vista tras ciertos acontecimientos se le ve en el bando de “los buenos”, Kaiba es su propio bando, sigue sus propios ideales y si para alcanzar el fin último debe de aliarse con los ‘buenos’ lo hará por un tiempo.

Su estatus de “mini boss” cambia al de rival honorable para ambos Yugi(s), aunque para Kaiba su único rival es y será el “otro Yugi” a quien, a diferencia de Jounochi y los otros, reconoce inmediatamente como una entidad individual tras su primer encuentro. Su única victoria es sucia, desdeñosa y tramposa, como todo en Seto Kaiba.

Su ego herido lo llevará a la innegable obsesión, aspecto desencadenante de varios males y detonador de tramas. Si alguien se merece ser catalogado como “yami” por el fandom es este tipo, amemoslo porque es un bastardo bien desarrollado.

Inicialmente Kaiba se nos introduce como un estudiante de paso aunque ello no es más que una fachada, ha llegado a Dominó siguiendo el rastro de una de las cartas más poderosas del juego “Magos y Magia” (¿Recuerdan que el duelo de monstruos no se llamó como tal en al versión original? Aquí tienen su verdadero nombre, Magic and Wizards), sí Seto Kaiba está buscando su carta insignia y vínculo con el antiguo Egipto: El dragón blanco de ojos azules.

Se nos hace saber que de esta carta se produjeron un total de cuatro copias, tres de las cuales ya están en posición de Kaiba quien utilizó sucios métodos para obtenerlas (incluso se le acusa de haber provocado el suicidio de un hombre para obtenerla), la cuarta carta está en posición de Sugoroku Muto; con la aparición de Kaiba se nos introduce el juego que regirá el manga de ahora en adelante, y una idea tan pesada como la amistad y el honor: el corazón de las cartas.

En el primer duelo que ocurre entre Kaiba y el “otro Yugi” es el corazón de las cartas lo que le da la victoria definitiva al “otro Yugi”, permitiéndole recuperar la carta del dragón blanco de ojos azules preciosa para el abuelo pues le fue dada por un viejo amigo durante su última expedición a Egipto, cuando se quedaron atrapados en una tumba subterránea.

Como concepto importante definamos qué es el corazón de las cartas:

En términos simples, las cartas de “Magos y Magia” son mucho más que objetos intercambiables. Las criaturas plasmadas poseen una voluntad, esta voluntad no es completamente independiente (con excepción de las míticas cartas de Dioses egipcios y el dragón blanco de ojos azules) y está ligada al corazón del duelista; este lazo es lo que se llama corazón de las cartas, y como buen objeto mágico si las tratas bien te respetarán y seguirán hasta la muerte incluso dándote la ventaja cuando sea necesario, si las traicionas te darán la espalda.

¿Cómo traicionar una carta? Según lo que se nos presenta en el manga esto ocurre por medio de jugadas sucias, sacrificándolas sin motivo cual peones desechables, o demostrando un claro desinterés por el futuro de estas cartas.

Así pues, tras perder una segunda vez ante el “otro Yugi” dentro de su primer intento de parque masivo el Death T, Kaiba cae en un estado catatónico por un año entero, no como castigo del juego de las sombras como ocurrió en situaciones anteriores, pero sí como penitencia directa impuesta por el “otro Yugi”; Kaiba deberá encontrarse así mismo, a su propio corazón dentro de la oscuridad que lo aprisiona para poder despertar.

Aprenderá a ser más cuidadoso en sus acciones, más maduro, aunque no menos hijo de puta.


El misterio tras las cartas, Pegasus J. Crawford.


Ha pasado un año desde la derrota televisada de Seto Kaiba y el juego que domina el mundo es “Magia y Magos”, con este suceso se nos presenta uno de los primeros villanos grandes del manga y uno de los arcos argumentales que caracterizaron esta historia, “El reino de los duelistas”: Pegasus J. Crowford (Maximilliam Pegasus, en occidente). ¿Quién es este hombre y por qué será tan importante en este punto de la trama?

Pegasus es un hombre por demás interesante, jovial, sonriente, amable, se toma fotos con sus fans pues es el genio tras el popular juego de cartas. Su pasatiempo es ver las caricaturas o leyendo los cómics de un conejo irreverente llamado Funny Rabbit (personaje que consideró su mejor amigo cuando era un niño) mientras come queso con vino, además su muletilla característica es agregar “boy” después del nombre de hombres menores a él, cosa que nunca hizo con una mujer con quienes mantiene un trato cordial y respetuoso, sin tomarse confianzas innecesarias.

Junto con esta imagen amigable este hombre tiene un ego comparable al de Seto Kaiba, sin temor alguno de ridiculizar a quienes considera inferiores. Como dato curioso, crió y cuidó de un grupo de huérfanos que, más adelante, le darán forma al spin-off Yu-gi-Oh! R.

Pegasus es, además, poseedor de otro artículo del milenio: “el ojo del milenio”, con este puede leer la mente de quien desee cuando desee y arrancar el alma de las personas introduciéndola en otro contenedor, deja el cuerpo en coma o hace que se mueva a su total servicio. Y como poseedor de un artículo del milenio es un alma envuelta en la tragedia, con una diferencia importante, sin entidad maligna con la cual encubrir sus actos no hay excusas para justificar la tragi-comedia en la que convertirá el "Reino de los duelistas".

No teme valerse de lo que esté a su disposición para cumplir su única menta en la vida: revivir a su amada Cyndia. (el amor, cuán peligroso eres).

La historia de este hombre se nos remonta al negocio de los casinos en Las Vegas, de los que es dueño su padre. Durante una de estas exclusivas reuniones sociales el pequeño Crawford de diez años conoce a Cyndia, la hija de un amigo de su padre por quien se enamora perdidamente y es correspondido; mientras crecen se juran amor eterno, mas la tragedia no se tarda en llegar y cuando Pegasus cumple los diecisiete años su amada Cyndia enferma y muere, dejándolo en una profunda depresión.

Pegasus se niega a aceptar la muerte de Cyndia, con todo el dinero que posee su familia y sus conocimientos básicos sobre el antiguo Egipto (cultura por la que es un apasionado) emprende un viaje a las tierras de los faraones buscando cómo traerla a la vida. Es durante este viaje que nuestro fantasmal guarda tumbas, Shadi, reaparece; el encuentro ocurre en el Valle de los reyes, más específicamente en el pueblo de Kul Elna (anoten este nombre, por favor), allí es testigo de cómo unos misteriosos hombres se llevan a un ladrón quien ha osado robar la “sortija del milenio” y sin nada que perder Pegasus decide seguirlos, ve cómo sufre el castigo impuesto por los juegos de las sombras y es descubierto.

Durante este encuentro Pegasus obtiene el “ojo del milenio” y con este ve una visión de su amada Cyndia, Pegasus J. Crowford se obsesionará con el misterio de los artículos del milenio y la antigua magia egipcia con tal de revivirla.

“—Serás probado por este “ojo de milenio”, veremos si eres merecedor de ser su portador.
—¿O-ojo del milenio?
—Si eres considerado digno, te será dado tu más grande deseo.
—¿un deseo?”

Los artículos del milenio son atraídos a la tragedia, (o bien las pueden generar por sí mismos), así aprendemos el secreto oscuro tras “Magia y Magos”.

Es, en realidad, un mítico juego donde se decidía el destino de Egipto. Un antiguo faraón salvó a la humanidad de su destrucción por medio de estos enfrentamientos y los artículos del milenio, esta será la primera referencia que tendremos a este misterioso salvador. Es revelado que los magos egipcios utilizaban sus poderes para sellar monstruos que provenían del alma en piedra, para luego invocarlos cuando fuese necesario. Lo único que Pegasus hizo fue modernizar, ajustar una batalla ancestral entre el bien y el mal.

Estas criaturas son lo que anteriormente llamamos el ka (fuerza vital), con base a los monstruos esculpidos en piedra Pegasus crea “Magia y Magos” no sorprende cómo las cartas con las que miles de niños se entretiene posean voluntad, son recreaciones fieles de parte del alma de seres humanos; el mayor arrepentimiento de Pegasus será haberle dado nueva vida a los Dioses egipcios y haber creado a los Dioses malignos, en las entradas correspondientes hablaremos de qué significan estas criaturas, esto no impidió que Pegasus continuara con sus intentos de revivir a Cyndia, su plan al momento de aparecer en el manga es obtener Kaiba Corp. utilizar su tecnología conocida como “visión sólida” que le da forma a los monstruos de duelo y con la magia de los artículos del milenio traer del otro mundo a su amada.

Con el objetivo claro, Pegasus atrae a Yugi y sus amigos a una isla en la mitad de la nada junto a otra cantidad de duelistas para competir por un premio en dinero y la oportunidad de pedirle un deseo al creador del juego, durante este desarrollo también se unirá Seto Kaiba tras recuperarse de su estado catatónico; este arco argumental es rico en duelos interesantes, personajes de todo tipo y la introducción de la única duelista femenina que veremos como tal: Mai Kujaku (Mai Valentine), junto con otros dos momentos donde el “otro Yugi” impartirá por sí mismo el castigo tras un juego de las sombras.

Para darle final a esta primera entrada vamos a detenernos en tres momentos clave:

La primer derrota:

Antes de adentrarse al castillo donde Pegasus los espera, Kaiba y Yugi tienen un nuevo duelo, y déjenme decirles no hay duelos como los de estos dos, la tensión en cada panel, las estrategias, los quebraderos de cabeza y la versatilidad de los monstruos. En los duelos entre este par puedes sentir todo el cariño y esfuerzo que Takahashi puso en esta historia, y este duelo en particular es especial motivo sólido:

Ambos están desesperados.

Kaiba no puede perder, su hermano menor está atrapado en el castillo y es usado como rehén para mantenerlo dentro del retorcido juego de Pegasus, si Kaiba es derrotado las hienas que conforman su círculo de inversionistas fusionarán Kaiba Corp. con Ilusiones Industriales (dándole a Pegasus acceso a la tecnología que precisa).

La derrota es un monstruo engullendo a Mokuba, su hermano, su única familia, lo único por lo que lucha; pero es el hecho que no es él como adulto, como empresario formado quien no logra alcanzar a su hermano menor, sino el niño Seto, indefenso, asustado, impotente; su táctica podrá haber sido sucia y rastrera, pero el miedo a perder lo que tanto amas es un terrible catalizador. Y cuando no logra salvarlo en esa alucinación de segundos, ¿a quién mira con odio? A él mismo.



En treinta y ocho tomos esto es lo más asustado que veremos al gran Seto Kaiba, aterrado, pálido, y solo ante la idea de perder a Mokuba.

Yugi tampoco puede permitirse la derrota, Pegasus ha sellado el alma de su abuelo en una cámara de vídeo y él debe recuperarlo.

Una cabeza sensata optaría por no enfrentarse pues ambos tienen un enemigo en común, y gente a la cual proteger, pero no olvidemos que estamos hablando de niños tomando decisiones de adultos, uno de ellos que ha crecido creyéndose el ombligo del universo y la derrota todavía le escuece; cuando la derrota está cerca Kaiba opta por uno de los trucos más sucios en este manga: amenaza con suicidarse, Yugi solo debe ordenar un ataque para ganar, tendrá la oportunidad de entrar al castillo y salvar a su abuelo, pero cargará consigo la muerte de un inocente.

Es demasiada presión para un niño, no para el “otro Yugi” pese a estar impresionado como pocas veces logramos apreciar, duda, pero va a rescatar al abuelo no importa qué, porque fue él quien se enfrentó a Pegasus inicialmente, fue él quien perdió, es él quien siente el peso de la pérdida como una responsabilidad.

Lo cierto es que en este manga nunca ha habido espacio para la derrota, ni siquiera ante los juegos más simples o los ‘villanos’ más incompetentes perder no es una opción.

Este quiebre entre las visiones de ambos es la primera y única discusión que tendrán, una ruptura que les permitirá avanzar en su relación. Por ahora, Yugi ha superado la presencia de “el otro Yugi” en quien siempre ha confiado ciegamente, a quien le ha permitido hacer y deshacer al punto de desligarse totalmente de sus actos y se ha rendido ante Kaiba. Yugi ha puesto la vida de otro ser humano por encima de su preciado abuelo, se ha sacrificado para que otro tenga la oportunidad de seguir luchando y está devastado, el “otro Yugi” es quien más nos sorprende, ha estado a punto de sacrificar otra vida en pos de sus intereses.

Y, siendo honestos, ¿no es eso lo que muchos de nosotros haríamos? Kaiba no es más que un extraño, uno que puso en riesgo sus vidas con sus ocurrencias, uno que está chantajeando para llegar a la victoria. En el otro lado está el abuelo, familia, es seguro que para el “otro Yugi” la relación de familia no está tan marcada como sí lo está la amistad, pero es la familia de Yugi, y como veremos en diversas ocasiones Yugi ha pasado de ser una personalidad a interpretar, un rol, a ser lo más importante en la vida del “otro Yugi”.



Vamos a ignorar a Yugi un instante, a su dolor y miedo para fijarnos en Kaiba. Sí, Seto Kaiba que se carcajea ante la derrota ajena, que saborea su victoria y no teme hacer cuanto comentario hiriente le resulte. ¿Y qué vemos, tras derrotar a su rival y ganarse el acceso al castillo de Pegasus? Nada, su mirada está vacía y apenas logramos ver una parte de su expresión, es una victoria en términos técnicos, mas no es algo que él vaya a aceptar o incluso entre lo poco ético que es este personaje, que haya sentido como correcto.

Reconciliación

La separación entre ambos Yugi(s) les hace imposible concentrarse en el duelo que decidirá si se enfrentarán o no a Pegasus. Y este duelo es ni más ni menos que contra Mai Kujaku.

Mai es sin duda uno de los personajes mejor logrados de este manga, su contundencia, valor, decisión son indudables; ella se formó un lugar entre hombres y no necesita de nadie para mantenerlo; así pues que sea Mai quien ayude a las estrellas de mar a entenderse nuevamente le da un plus a la escena.

La relación entre los dos pequeños irá cuesta arriba. Pasarán de ser “mi otro yo” a “compañeros”, dos almas, un cuerpo.





La caída 

Pegasus perderá su duelo contra ambos Yugi(s) gracias a su estrategia de “cambio de mente”, impidiéndole así al hombre utilizar su “ojo del milenio”, pero su derrota nos dejará con dos grandes interrogantes:


¿Qué se esconde dentro de los artículos del milenio?

De buenas a primeras podríamos asumir que la “voluntad maligna” es el “otro Yugi” a quien hemos visto gravitar entre el heroísmo y la crueldad con una facilidad abrumadora, pero ¿y si no se refiere a él? Aun con todo el tiempo que pasó en el Valle de los reyes, Pegasus solo consiguió arañar la superficie de la historia tras los juegos del antiguo Egipto y los artículos del milenio, de los cuales el más importante y misterioso es el “rompecabezas del milenio”, ¿cuál es la maldad oculta entonces?

Y, por último:

¿Qué importancia tendrá el ladrón Bakura en la trama? 

Pegasus ha muerto. Débil y perturbado  por su derrota ante ambos Yugi(s) no es rival para el ladrón; nadie sospecha que la entidad maligna que habita la "sortija del milenio" no fue vencida y ahora posee dos artículos del milenio.

La participación de Yami Bakura en la trama irá creciendo hasta convertirse en una ficha clave para el desenlace de esta historia.








¡Hasta aquí la primera entrada! Próximamente exploraremos más de los confines del mundo de las sombras, mientras aprendemos sobre Egipto y el pasado que acecha los artículos del milenio.
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sábado, 1 de septiembre de 2018

Análisis #1: Itou-san [Hota]


Ficha técnica:


—Nombre del manga: Itou-san
Año de publicación: 2015
—Mangaka: Kuraka Sui
—Tomos: tomo único, dividido en siete capítulos. Solo los seis primeros hacen parte de la historia principal. Posteriormente, debido a la popularidad del manga, aparecen tres extras más que se relacionan con la historia principal, junto a otros tres episodios que narran lo referente al pasado de Itou (pasado que no se ve en este manga). Pueden encontrar más información sobre esa secuela aquí.
—Género: yaoi.
—Categorías: drama, psicológico, maduro.
—Sinopsis: Cada martes por la noche, un misterioso hombre llamado Itou visita a Kyosuke, un joven prostituto, para hablar con él hasta que llega el amanecer. Un día, Itou aparece con un maletín lleno de dinero y trata de entregárselo a Kyousuke, diciéndole que deje la prostitución y se dedique a hacer con todo ese dinero algo que realmente desee...
—Estrellitas: ★★★★
Calificación: Obra maestra.
—Advertencia: el manga a tratarse a continuación tiene contenido gráfico que puede resultar muy desagradable y fuerte para algunas personas. Leer con discreción.

Comentarios

El primer análisis de mi parte para el blog quise dedicarlo a este manga por ser uno de los que más he disfrutado a lo largo de mi vida como asidua consumidora de BL. Llegué a este título hace un par de años, porque en pos de expandir mi campo de lectura decidí comenzar a leer mangas de temáticas más oscuras a las que acostumbraba. Reconozco que en un principio me acerqué con mucha desconfianza a este trabajo, pero al final el manga acabó por convertirse en uno de mis favoritos, y en uno de los mejores que he leído.

La mangaka, Kuraka Sui-sensei, hizo su debut en el BL con este trabajo. No suele ser común que los primeros trabajos de los autores en géneros tan tecnificados y tan consumidos sean, primero, tan buenos, y segundo, tan innovadores. Lo normal es seguir el esquema de lo que más vende para asegurarse popularidad y una segunda oportunidad de intentar un nuevo manga. Sin embargo, a veces aparecen joyas como la que es Itou-san, que no solo no sigue los clichés básicos en cuanto a la caracterización de los personajes, sino que tampoco se apega al guion común en donde, al final, los personajes son felices y comen perdices. Todo primer manga de un autor es una apuesta y no todos se atreven a tomar el riesgo de presentar historias auténticas. Por eso me tomo el atrevimiento de decir que esos mangas (las auténticas apuestas) son los más prometedores, apasionados e interesantes de todo el medio.

Básicamente, algo así es este manga. Es un respiro fresco entre un montón de obras repetidas, pero sobre todo, es una obra que está muy bien construida, en donde la idea sólida de la trama se sustenta y se lleva a cabo perfectamente gracias a personajes muy bien caracterizados. Al final la obra logra mantener una esencia y una unidad difíciles de lograr en tan poco espacio (un tomo), y además logra cerrarse, dando así al universo ficcional un final.

Por todas esas razones es que decidí que este manga era digno de un análisis, y más aún, de ser el primer análisis que yo presento en el blog. Y al que espero, por supuesto, hacer justicia. No está de más aclarar que la siguiente entrada no pretende ser un resumen del manga, ni mucho menos contar la historia; quiero recalcar los elementos que la hacen tan buena y digna de llevar el título de "Obra maestra", con el fin de que los lectores curiosos que ojeen este análisis decidan darle una oportunidad al manga. Ese es el único propósito.

Siguiendo esa línea de ideas es que he determinado dividir el análisis en dos secciones: la primera se enfocará en la trama y en los personajes, cuidando de no entrar en detalles muy específicos para que, si así lo desean, puedan leer la obra; la segunda sección se centrará en las conclusiones respecto a la obra como tal, a partir de lo expuesto en el punto anterior.

No siendo más, podemos comenzar a entrar en materia:

Reflexiones preliminares

Como en toda obra que hace parte del género BL, la historia se centra en la relación romántica entre los personajes. En ese sentido todas las historias BL son iguales, pues no solo se ha tecnificado la línea argumental general (es decir, que debe sí o sí haber una pareja principal que desarrolla una relación romántica), sino también el rol que los personajes que componen la pareja principal han de cumplir. Este rol, que se basa en la posición sexual de los personajes en la cama (quién es el activo y quién es el pasivo), tiende a determinar en la mayoría de los casos la manera en que los personajes van a presentarse al público. Así que entre más tópicos utilice un manga BL, más probable será que encontremos como activo en la cama al más rudo y varonil de los hombres que componen la pareja homosexual que protagoniza la historia (estereotipos, estereotipos everywhere).

Siendo esto así, hay dos posibles opciones de impacto que los personajes pueden tener en el lector:

  1. La primera, no muy buena, responde a qué tanto se parece el personaje al arquetipo que el género (yaoi) determina para él. Dicho de otro modo, si el personaje A tiene todas las características que lo hacen el "dominante" de la relación, será recordado por qué tan buen activo es en comparación con el pasivo, o con otros activos de otros mangas. 
  2. La segunda, que es la que esperas encontrar en una buena historia, es qué tan bien construido está el personaje y cómo se logra su desarrollo en el tiempo que dura la narración. Aquí el arquetipo no tiene tanto peso, y si A es el dominante, esa es solo una más de sus características; mas no todo lo que lo determina como personaje. 
Se preguntarán muchos, pensando tal vez que estoy tratando de ser condescendiente: ¿y qué es hablar de un personaje "bien construido, Hota"?, a lo que yo les respondo: sencillamente es presentar un personaje que no se base en un arquetipo, porque no queremos solo ver la historia de amor entre un "Activo" y  un "Pasivo", que son exactamente iguales a otros activos y pasivos de unos, uhm, 80 mangas más. Queremos ver la historia de amor entre dos personajes que reflejan humanidad.

Ahora, no se trata de empezar a renegar a diestra y siniestra de todo aquello que pueda presentar estereotipos, porque no solo en el yaoi se encuentran arquetipos marcados. Tampoco es que, per se, los arquetipos sean malos. Pero es cierto que pueden llegar a serlo si el personaje no supera la condición de arquetipo misma (lo ya descrito en la opción primera). Es decir, si uno siente que la historia sería exactamente la misma con otros personajes, entonces estamos frente a construcciones que no representan ninguna impresión para nosotros como lectores, porque los personajes están huecos. Y eso sucede porque como lectores somos incapaces de conectar con cáscaras vacías. De ahí la importancia de hacer al personaje algo más que solo la unión de mil estereotipos que se esperan de él.

Depende de cada autor cómo ingeniárselas para presentarnos personajes que no nos den la sensación de estar vacíos, y es ahí cuando uno va notando el verdadero ingenio de los mangakas. Cómo hacer uso de las herramientas que se exigen para un medio sin que el personaje pierda su esencia es quizá de lo más duro para un creador de contenido, y para salir exitoso sin morir en el intento el autor debe hacer uso de varios factores: lo primordial es una unidad entre diseño artístico (o el "exterior") del personaje con su personalidad (o diseño interior), y cómo esto se combina a su vez no solo con la historia personal (pasado y presente) de dicho personaje, sino también con la trama global de la obra. Cuando estos elementos están en armonía, entonces podemos hablar de que los personajes están bien construidos. 

Tras esta breve explicación (o intento), enfocada especialmente a los que no están familiarizados con el BL, podemos pasar a centrarnos en el manga que nos compete en esta entrada: Itou-san.

Trama y personajes de Itou-san

Como se pudo leer en la sinópsis que aparece en la ficha técnica del manga, nos encontramos en una trama que nos sitúa en el lado oscuro de la sociedad japonesa. La historia sucede en el submundo, en habitaciones de hoteles baratos donde los hombres tienen sexo con prostitutas y en donde la mala calaña se esconde para pasar desapercibida, ya sea porque huye de malas influencias o de la ley, o bien porque llevan a cabo transacciones ilegales y turbias.

En ese mundo participa nuestro narrador, que es un narrador-personaje. Es decir que no narra la historia desde fuera, sino que también hace parte de ella. Por tal motivo, y esto es muy importante, no se trata de un narrador omnisciente. Es decir que nuestro narrador no lo ve todo, y tampoco lo sabe todo. Por eso no puede contarnos cada cosa que pasa en el universo en que se desenvuelve, y como lectores solo tenemos acceso a las cosas que le pasan a él, las cosas que piensa él, y las impresiones que tenga él. Veremos la historia desarrollarse desde su punto de vista (al menos, en casi todo el manga).



Es así como sabemos que Kyousuke, nuestro narrador, es un muchacho joven que entró al mundo de la prostitución desde que era muy pequeño. No es un "trabajador independiente", es decir, el dinero que genera con la prostitución se lo entrega a su proxeneta, y eso permite que de alguna manera pueda tener un poco de auto-cuidado (porque cuenta con la "buena suerte" de tener una proxeneta "amable"). En esta imagen, por ejemplo, podemos apreciar que Kyousuke acaba de sufrir heridas en el trabajo, y llama por teléfono a Mama, su proxeneta, para comentarle el caso de que los clientes lo hirieron de gravedad y debe recomponerse antes de tomar otros trabajos.



Kyousuke es alguien, además, que nos muestra el lado frívolo y crudo de la prostitución: fue violentado física, sexual y psicológicamente, pero no siente nada. Con mucha calma decide que primero debe descansar y recuperarse antes de salir al trabajo nuevamente, lo que da cuenta de dos cosas: la primera es que esto ya ha pasado varias veces y se ha acostumbrado; la segunda es que no tiene emociones, o bien, las reprime. Sea como método de protección para no sufrir en ese mundo tan horrible, o sea como resultado de la continua exposición a él, o incluso, como una combinación de ambas cosas, lo cierto es que Kyousuke no demuestra emoción alguna que permita al lector saber si siente miedo, asco, pena, dolor o tristeza respecto a su vida. Solo tenemos algunas cosas claras, y esas son: que Kyousuke no siente placer haciendo el trabajo que hace; que ese trabajo es su único método de subsistencia; que su autoestima es muy baja y su mundo muy limitado, tanto así que cree que no es capaz de hacer otra cosa más que prostituirse. Como él mismo lo dice:



"No me romperé fácilmente, así que puedes hacer conmigo lo que quieras, ¿de acuerdo? El sexo es lo único en lo que soy bueno".
Es en ese mundo en el que conoce a Itou-san, nombre que Kyousuke le da a su cliente, por cierto, pues este se presenta solo como I. Itou paga por él todos los martes en la noche, pero no tienen sexo; por el contrario, lo único que hace Itou con el tiempo que tienen en la habitación es hablar con Kyousuke hasta el amanecer. Para nuestro joven narrador Itou no es más que un cliente con el cual es fácil hacer dinero, pues no exige nada más que una charla. Sabemos, por el inicio del manga, que lo de los martes por la noche parece ser una rutina ya consolidada; y que el misterioso cliente nunca despertó interés en Kyousuke, hasta que llega uno de esos martes ofreciéndole un maletín lleno de dinero e instándolo a perseguir sus sueños. La historia como tal comienza en ese momento, pues es la primera vez que Kyousuke ve una faceta de Itou que le llama la atención. Es un evento importante no solo por marcar el inicio de la historia, sino porque nuestro narrador, que parece ser una cáscara vacía, ha sentido interés.

Itou, que es el personaje que da nombre a la obra, es un asesino a sueldo. Elimina gente por encargo, y como nos da a entender el mismo personaje a lo largo de la historia, no tiene libertad para matar a diestra y siniestra. Su trabajo ha de realizarse con eficiencia y solo debe eliminarse al objetivo que el director de su organización le manda a exterminar. Lo curioso del personaje de Itou es que se nos muestra (casi) siempre a través de los ojos de Kyousuke, pues como ya se señaló con anterioridad, es el narrador de la historia. 



Pese a que no tenemos mucho acceso a los pensamientos de este asesino (aunque sí a sus acciones), la historia gira en torno a él y al impacto que su presencia y acciones generan en la vida de Kyousuke. En literatura se llama focalización a este fenómeno, que consiste en centrar la historia en torno a un evento, objeto u personaje. Así es que Itou es el personaje focalizado, aunque no sea nuestro narrador.



Aparece primero como un sujeto extraño, todo el tiempo está sonriendo, usa corbatas de mal gusto y siempre está bien vestido, con trajes de apariencia cara. Aunque en un principio da la impresión de ser un hombre muy reservado, lo cierto es que sus reacciones resaltan por ser muy marcadas, y a lo largo de la historia es lo que nos va a permitir entender algo de su subjetividad como personaje:



Pero no todas las reacciones de Itou son tan amenas. Lo curioso es que, siempre que vemos la historia narrada desde el punto de vista de Kyousuke, Itou luce agradable, luce sonriente, luce avergonzado y también da la sensación de ser muy apasionado; características todas que pueden entenderse de forma positiva. Pero cuando la historia empieza a aparecer frente a nosotros los lectores desde un punto de vista ajeno al de Kyousuke, con acontecimientos de los cuales él no tiene conocimiento, vemos entonces la otra faceta de Itou, que no deja de ser menos expresiva, pero que es muchísimo más violenta y negativa; la faceta que nos recuerda que estamos frente a un asesino a sueldo, por mucho que a veces parezca que no le haría daño a nadie.




En contraposición, las reacciones de Kyousuke son menos directas y sinceras. Menos arrasadoras. Siempre hay alrededor de él un halo de cinismo e indiferencia, que se relaciona con el hecho que expusimos más arriba, respecto a su aparente falta de emociones. No parece reaccionar ni siquiera en los momentos más violentos, que son los que, por cierto, pueden resultarle más perturbadores al lector:


"Mierda... Hoy no tengo suerte".

Pero Kyousuke, pese a su frivolidad, empieza a dar muestras de cambio cuando Itou demuestra afecto hacia él. Es un muchacho joven, de apenas veinte años, y no conoce lo que es una acción amable o unas palabras de preocupación hacia su situación. Esto hace que inconscientemente empiece a preguntarse por qué Itou se preocuparía por alguien como él, y así es como la presencia del contrario empieza a imprimirse en sus pensamientos y en su modo de actuar. 

Así, el derroche de emociones de Itou frente a Kyousuke, y la aparente indiferencia del susodicho con el mundo que se ve dejada de lado por su reciente interés en lo que respecta a Itou, son las características que van allanando el camino para que uno vea que se cumple el primer paso estipulado por el BL: la relación romántica entre dos personajes masculinos. En este caso, sin embargo, la relación romántica no resulta ser fácil, porque nuestros personajes están sumidos en un ambiente específico, poco amable, que les determina, además, unos roles. Esto de los roles me parece uno de los puntos más fuertes e importante del manga. Y pasaré a explicar por qué:




La caracterización del universo ficcional, en este caso, porque estamos hablando de un manga, se nos da a través de lo gráfico. Cada mangaka tiene su estilo, pero todos comparten gracias al método gráfico el uso de las tintas, los sonidos, los fondos, las tramas, las facciones de sus personajes, etc. Para ambientar su obra deben recrear lo mejor posible un escenario, valiéndose no solo de los edificios sino también de los personajes que se mueven dentro de la obra, incluso si no son importantes. Kuraka-sensei utiliza muy bien el factor gráfico para plantear el submundo de la ciudad: la zona roja llena de letreros que invitan a moteles, el constante flujo de gente, los callejones y las personas de moral dudosa que suelen verse en ese tipo de zonas; todo ello crea un ambiente que se ve acompañado por las expresiones de sus personajes para denotar a través de ellas las emociones, y también por los sucesos del manga. Su estilo de dibujo y el manejo de los tonos oscuros, por ejemplo, permiten que todo vaya tomando forma. No hay modo de olvidar en qué sitio nos encontramos, ni bajo cuáles circunstancias, porque los personajes y los espacios que ellos habitan no nos lo permiten.

Es allí, en esas páginas turbias, donde ubica a sus dos protagonistas, que se funden de manera espléndida con ese mundo violento, pues no solo fueron creador por él, sino que siguen siendo consumidos y explotados por el mismo, para que este pueda mantenerse.



Nuestros protagonistas son personajes que no tienen cabida en el mundo normal. No cuentan con el avale social, son personajes que hacen parte de un grupo que pasa desapercibido, porque se mueven en la oscuridad, en habitaciones reservadas en hoteles de mala muerte donde nadie que sea ajeno a ese mundillo puede (ni quiere) verlos, y en donde pueden sufrir o cometer todo tipo de vejaciones. Son personajes que son prescindibles, desechables, y que no solo se ven así a los ojos de otros, sino que ellos mismos se piensan así. Para el caso de Kyousuke, por ejemplo, el ser prostituto no es solo algo más que dé un toque a su personalidad, sino que se vuelve su identidad


Justamente por ser un joven sin educación, sin familia, que obligaron a prostituirse desde antes de los diez años, es que es un muchacho que existe y se nos presenta como lo hace, y que es obligado a socializar como lo hace. Los clientes violentos que lo golpean y lo graban sin su permiso, que lo humillan para su deleite, que esperan que haga cualquier cosa que ellos quieran, son parte normal de su día a día, son los que componen su vida, porque como prostituto no puede ni debe aspirar a otra cosa. Por eso, cuando un personaje como Itou, que debería ser a ojos de Kyousuke uno más de esos salvajes que tiene por clientes, le ofrece dinero y por primera vez la posibilidad de ser "libre" y tener un futuro, él no sabe qué hacer. Porque para Kyousuke no ha existido otra opción desde que tiene uso de razón. 

Es a raíz de eso que se despierta el interés que mencionamos como factor clave para el inicio de la historia. Gracias al interés llega la consciencia, pues Kyosuke es un personaje que, podríamos decir, se pasaba la vida "dormido". Con la llegada de Itou, y la interacción con él, el mundo parece empezar a girar por primera vez. Comienza a experimentar cosas que nunca había tenido la oportunidad de experimentar: como pensar en él y compararlo con los otros clientes, e incluso, mostrar ciertas emociones que nunca le ha mostrado a nadie, pero de lo cual no es consciente: siendo estas su claro interés, o la sensación de calidez que lo embarga en algunas de las viñetas cuando piensa en Itou. 

Por su parte, Itou, que es un asesino a sueldo, se mueve por el mundillo de forma distinta a como lo hace Kyousuke. Eso, además de que le lleva más años al joven, lo hacen un hombre experimentado. Su forma de comprender la situación de Kyousuke es diferente, al igual que el motivo que lo lleva a comprarlo todos los martes por la noche. En esa rutina Itou va a descubrir que no solo él cambió el mundo para Kyousuke, sino que se vio afectado en la misma medida. El rol de Itou es diferente al de Kyousuke: él no se ve limitado por las reglas de juego del submundo en el que camina. Es decir, que no tiene que respetar ni tolerar las cosas que debe respetar y tolerar su contraparte. Itou, como empleado de una organización que extermina objetivos, responde únicamente a su jefe, y a las reglas que esta organización impone. Tampoco es, en ese sentido, un personaje completamente libre o que esté completamente limpio. La moralidad se pone en juego, porque aquí vemos que el único ser humano que ha mostrado amabilidad hacia Kyousuke, y el cual pretende darle un futuro y su libertad, no es otro más que un canalla que asesina a sangre fría desde hace varios años. 

Surge la duda, entonces, de la relación romántica que pueda surgir entre un joven que terminó en la prostitución desde antes de los diez años, y un asesino a sueldo del que no sabemos nada. ¿Es sano, es romántico? Nos queda preguntarnos si nos encontramos realmente frente a sentimientos amorosos, o si por el contrario estamos vislumbrando simple apego, dependencia o bien, una obsesión. A la hora de la verdad, creo que es lo que menos importa, y queda como tarea del lector sacar su propia conclusión. Sin embargo, el manga no permite la opción de dudar de la intensidad de las emociones de los protagonistas, y sobre ello quiero recalcar lo siguiente: es una de las escenas del primer capítulo, y que puede ser la única considerada como spoiler en este análisis.

La situación tiene lugar en un callejón, después de que Kyousuke ha salido de una habitación de hotel donde debía encontrarse con unos clientes. Se encuentra conmocionado, sin saber si llamar a la policía o a su proxeneta, porque aquellos que pidieron sus servicios aparecieron muertos en la habitación. La escena del crimen es violenta, presenta tanta sangre esparcida por todos lados que pese a que nuestro joven Kyousuke no es un personaje muy sensible, incluso él se encuentra en estado de shock. Mientras camina por el callejón, aún sin calmarse, se topa con Itou, quien comienza a decirle que fue él quien se encargó de esos hombres. Le dice que lo hizo porque no quería que lo lastimaran, ya que al averiguar sobre ellos, descubrió que eran personas muy peligrosas.

Después, sucede esto:


"Nunca hice este "trabajo" con intenciones personales en mente, porque nunca he sentido nada".
(Burbujas de diálogo en negro): "Oh, pero recientemente, sentí la "necesidad de matar" por primera vez en mi vida" 

Esta viñeta es importante por múltiples factores: en primer lugar está el hecho de que Itou está confesando un crimen con facilidad, como si contara una anécdota del día a día, mientras acaricia la cara de Kyousuke como algo preciado. Es una dualidad increíble, el cómo un sujeto capaz de acabar con vidas humanas de forma tan violenta, es a su vez capaz de tratar con tanto cariño a otro ser humano. En segundo lugar está el hecho de que cuando se sincera respecto a sentir por primera vez el "deseo de matar", las burbujas de diálogo aparecen en fondo negro. Creo que tiene que ver con la verdad que conllevan esas palabras. Itou está reconociendo, frente al mundo, frente a Kyousuke y frene a sí mismo, que ha pasado toda su vida sin sentir nada, que ni una sola vez ha sentido culpa, miedo, tristeza, alegría, etc. Nada, jamás ha sentido nada (pese a que nos lo muestran como alguien expresivo). Pero, apenas tuvo conocimiento de que Kyousuke estaba en peligro, este hombre sin aparentes emociones sintió por primera vez. La gravedad del asunto no recae solo en el hecho de que su primer sentimiento sea uno tan macabro, sino también en que es su primer sentimiento, en todos los años que lleva de vida. 

Finalmente, la viñeta termina de impresionar con el juego de las sombras del callejón. Por la posición en la que ambos se encuentran frente a las luces del lugar, únicamente es visible la sombra de Kyousuke, a la cual "sostienen" las manos de Itou. Únicamente sus manos tienen sombra, y si se mira la pared, parece que la oscuridad está a punto de tragarse al más joven. Esta metáfora me parece muy poderosa porque es un reflejo de lo que son ambos personajes y sus situaciones: la prostitución no es el fondo de la cadena, pues más abajo están los asesinos. Todo aquel ser capaz de matar sin sentir nada es el reflejo verdadero de la maldad humana. Las manos de Itou, que salen de esa oscuridad, que crean esa oscuridad, se extienden y parece que tiran de la sombra de Kyosuke con deseos de consumirla, así como han consumido vidas anteriormente. Aquí el joven muchacho es alguien que aun tiene posibilidades de escapar, de limpiarse, porque no ha hecho nunca nada malo. Que haya terminado en la prostitución es una consecuencia de las personas nefastas que tuvo a su alrededor, pero él jamás ha dañado a nadie ni lo ha pretendido. Aunque su cuerpo no se considere puro por la moral imperante en la sociedad, una persona como Itou, que es el reflejo de todo mal, puede ver que su alma no ha sido corrompida.

La sombra parece hacer lo que ha hecho Itou en la realidad material: cuidar y atesorar de Kyousuke, en medio de toda esa oscuridad, ofreciéndole la oportunidad de liberarse y construir un futuro lejos de allí. Pero al mismo tiempo, la sombra parece tirar de él, lo cual refleja también la situación. Y es que, sin saberlo, Itou ha ido marcando tanto la vida de Kyousuke que éste se ve indiscutiblemente atraído hacia él. Esta escena no es importante solamente por las metáforas que pueden desprenderse de ella, sino también porque da pie al punto de no retorno; al momento en donde se conectan para siempre ambos personajes.

En las siguientes viñetas se nos explica que Itou, cuya única regla era que no podía matar a nadie que no fuera un encargo de la organización, acaba de romper el tabú en su deseo de proteger a Kyousuke. Y el muchacho, que nunca tuvo interés en nada ni en nadie, de repente se da cuenta, en este momento en que ve lo verdaderamente feliz que luce Itou por ser capaz de sentir por primera vez, de que él también es capaz de sentir. Y de que experimenta por primera vez el amor. Kyousuke se enamora de Itou en el mismo callejón en que éste le agradece por darle la oportunidad de tener sentimientos.

Como lectores somos partícipes del impactante momento de dos personas que hasta entonces nunca habían sentido nada por el mundo y sus habitantes, y que de repente se ven azotados por emociones que escapan a su comprensión; emociones lo suficientemente fuertes como para llevarlos a la ruina, pero aquello no les importa. Porque les basta con saber que sí eran, finalmente, capaces de sentirlas. 

A partir de esa revelación empiezan verdaderamente las peripecias de nuestros protagonistas, que se desarrollan en los siguientes episodios, pero eso ya le compete a los lectores que se animen a darle una oportunidad al manga.

  

Conclusiones

Como explicaba en los comentarios preliminares, el BL es un género tecnificado, y por tanto tiende a exigir siempre un tipo de parámetros: la relación romántica como punto clave, y la caracterización de los personajes de modo que uno cumpla el papel de activo y el otro el de pasivo. Si bien se ha notado cierto cambio en los últimos años respecto a esto en varios títulos, sigue siendo la regla general que el hombre más grande y "varonil" del par sea el que cumpla el rol de activo; rol que lo marca no solo en la cama sino también en su personalidad y la manera en la que se comporta.

Si nos fijamos en el desarrollo de Itou-san, nos damos cuenta de que los personajes están caracterizados en relación con la historia, y no en relación con el arquetipo como tal. No puedo asegurar que Kuraka Sui no caiga como mangaka, en sus otros trabajos, en los estereotipos. Sin embargo, en lo que compete a la obra tocada en esta entrada, vemos que la caracterización física tiene sentido. Si bien Itou es más grande y da la sensación de ser más varonil por ser más musculoso, esto no se debe a que sea el activo del manga (que lo es), sino por su trabajo como asesino, que requiere de que tenga un buen estado físico para llevar a cabo los trabajos de exterminio. Sabemos además, por lo que su historia deja ver, que ha trabajado en ello desde hace mucho tiempo. Mientras tanto, Kyousuke es un muchacho bajito y muy delgado, que cumple con el papel de ser el pasivo en la relación sexual; nuevamente estas características se relacionan con la historia, porque sabemos gracias al manga que Kyousuke fue descuidado por sus familiares y obligado a prostituirse desde antes de los diez años. No es difícil asociar una mala alimentación y pocos cuidados en su desarrollo como el punto que lo marcó para ser tan frágil y pequeño a su edad.

Otro factor, quizás el que más me gustó de este manga, es que si bien se cumple lo exigido de la relación romántica, no es para nada el tema principal de la historia, por más que pueda parecer que así es. Quiero traer a colación las siguientes imágenes, también del capítulo uno, para ejemplificarlo:

"Itou-san..."
"Pero gracias... Me hiciste darme cuenta de que yo, también, puedo sentir".

"Y yo, en ese momento, me enamoré, por primera vez en mi vida, de él".
Dice uno de mis profesores más queridos, citando una frase de Borges, que lo que hace especial una historia no es el formato de presentación (es decir si es un cómic, un libro, o una película), sino la capacidad que tiene esta de emocionarnos por tratar los temas que son intrínsecamente humanos. Creo que ese es el verdadero trasfondo de este manga, uno que toca un tema profundamente humano y que por eso me removió las entrañas en el momento en que lo leí.

Itou-san no es una historia de amor entre un asesino a sueldo y un joven forzado a la prostitución; no creo ni siquiera que lo que deben vivir a lo largo de la historia pueda considerarse romántico, y el manga jamás hace apología por romantizar ni la situación de prostitución ni la del sicariato. Creo, por el contrario, que lo que sí hace esta historia es retratar de forma ejemplar la soledad humana, y el deseo de todo ser humano por poder sentir, y mas aún, por ser conscientes de estar sintiendo. La historia nos demuestra, con una narración preciosa, que a pesar de lo terrible que el mundo y la vida puedan ser, y a pesar de lo heridos y hasta impávidos que nos encontremos caminando por esa vida, en el fondo no podemos escapar a las emociones; aquello que nos hace verdaderamente humanos y nos recuerda que no somos, y no podemos pretender, ser robots. Nadie persigue lo mismo en la vida, distintos son los sueños, aspiraciones y sentidos que le entregamos a las vivencias; pero al final del día este manga nos deja la sensación de que una vida jamás será vivida en vano siempre que haya conexiones emocionales; siempre que tengamos la opción de sentir ya sea dolor, tristeza o alegría.

No trato aquí de romantizar la miseria, ni mucho menos de dar un mensaje moralizante. Pero creo fervientemente que el impacto de este manga no es el romance entre los dos protagonistas, y tampoco creo que sea eso lo que la autora haya perseguido mientras lo realizaba, sino el momento en que dos personas deshumanizadas por su entorno recuperaron aquello que las conectaba con el resto del mundo; el momento en que dos personas que se pensaban sin corazón descubrieron que podían, de hecho, sentir. Pero defiendo, eso sí, la belleza que hay detrás de su recién adquirida consciencia; la poesía que se esconde en lo fuerte que sienten que las emociones los azotan por primera vez, y lo distinto que empieza a lucir el mundo para ellos ahora que esas distintas sensaciones los conectan; ahora que se han relacionado por primera vez con alguien y deben aprender lo que se esconde detrás de la interacción. Con todo lo malo y bueno que eso conlleva.

La trama, el desarrollo de la historia, el dibujo y manejo de fondos de la mangaka y su diseño de personajes hacen de esta obra una muy sólida y buena. Cada elemento es valioso por sí mismo, pero combinados crean una lectura que se disfruta de principio a fin; se entrelazan creando un universo ficcional sólido, en donde los personajes tienen un pasado que determina su presente y su futuro, pero al cual ellos se enfrentan con su recién adquirida humanidad. Además, el hecho de que la historia no caiga en clichés comunes del género, ni que la caracterización se base en arquetipos, hacen de la historia algo mucho más impactante y disfrutable para el lector. Es por todo eso que Itou-san merece las cinco estrellas, y con ello, la calificación de "Obra maestra" en este blog.

Al principio de la entrada comentaba que este manga era una apuesta. Sigo manteniendo esa creencia; al menos, así es a partir de la lectura que yo le he dado (otra persona puede tener una distinta). Se rompe el hecho de que la relación romántica sea lo principal, se rompe la caracterización a partir de arquetipos, se rompe la idea de un final que satisfaga a las masas y la idea de que las historias deben romantizarse. Hay muchas cosas que se quedan en el tintero; podría explayarme, por ejemplo, en el final de Itou-san y sus repercusiones, y en los elementos de él que rompen estereotipos a diestra y siniestra en comparación con otros mangas del mismo género. Pero he decidido que vale más la pena que esta historia sea leída, y decidí dejar por fuera todo posible spoiler que los aleje de la lectura.

Espero que lo escrito aquí sea incentivo suficiente para que varios ojeen el manga, y que haya cumplido su objetivo, presentando de verdad un análisis y no una simple reseña.

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